domingo, 14 de junio de 2009

Los posmodernos: ¿votar o ser estúpido?

Los Posmodernos

Manuel García Estrada

¿Votar o ser estúpido?

Sigo recorriendo ciudades y sigo viendo millones de pesos tirados a la basura en campañas dizque políticas, la verdad es que no hay propuestas reales para el legislativo sino una bola de prácticas clientelares que quien encabeza en ese uso maldito y vil de la pobreza es el PRI de Veracruz. En aquella entidad hay lonas a diestra y siniestra, perifoneo, escuelas privadas echadas a los pies de ese partido violando leyes electorales, morales y universitarias como la Universidad del Golfo de México que organiza supuestos eventos culturales y educativos en donde todo es de color rojo y el orador principal es el candidato del “Revolucionario”. Es más, los pants de las escuelas privadas y públicas, las paredes de los edificios y sus anuncios institucionales son rojos. No me sorprende, el PRI ha sido capaz de que a través de la publicidad asociativa maneja en sus spots de tele a la bandera nacional como fondo y nadie dice nada.

En León, Guanajuato, las mamparas, gallardetes y espectaculares están para servir al PAN según parece. Hay un estado fascista detrás de cada gobernador y no hay institución electoral capaz de someter a los oligarcas y partidócratas a la ley. En el municipio de Metepec, Estado de México, los espectaculares están en manos de los partidos políticos y sus candidatos como Lujambio que aparece arriba, a un lado o al otro pero como todos los demás no hay un solo mensaje de propuesta, de ley o de servicios. Hay un enorme vacío que todos observan pero que pareciera que a nadie afecta cuando los anuncios son financiados con los impuestos de todos.

Los impuestos derrochados en las campañas son una cachetada para la sociedad con consciencia que mientras ve los anuncios también se percata que en las escuelas públicas no hay computadoras, libros, apoyos a los estudiantes, no hay maestros competitivos sino todo lo contrario y generalizo, que quede claro. Porque no se trata de que en un grupo de escuelas las cosas estén mal, el problema está en todos lados, lo mismo que en las bibliotecas públicas que en el caso del estado de México hay algunas que no tienen ni máquinas de escribir para trabajar.

Calderón miente cuando dice que no habrá todo el dinero para hacer el bien a través del gasto público. Miente porque si no hubiera dinero sus candidatos no estarían hasta en la sopa y los del PRI tampoco. Hay dinero pero no quieren que vaya a donde se debe porque la gente estaría sana, educada y pensaría, cosa inconveniente para el manejo mediático del país.

En el estado de México la situación preocupa más cuando Onésimo Cepeda, el obispo de los políticos que se enriquecen rápido y por milagro divino (sic) se atreve a decir que los estúpidos piden el voto en blanco. El, nos queda claro, no es estúpido porque estúpidos son los que piensan, los que trabajan para ganarse el pan con el sudor de su frente, estúpidos son aquellos que se enojan cuando ven a los maestros marcharse a cobrar su quincena abandonando las escuelas y reclaman sus derechos, los que leen la prensa contrastándola, los que ya apagaron a Televisa y Tv Azteca y prefieren otras opciones de noticieros en la televisión, estúpidos son lo que creen en un mejor país, en la justicia, en la paz, en la libertad o en la democracia verdadera, los que son honestos y aman a su país.

Nos queda claro que su excelencia no es nada estúpido, quizás sería bueno que platicara con un senador que tampoco no es estúpido en ese sentido y que es Héctor Bautista que se la pasa queriendo actuar a favor de la izquierda, pero de su pantalón porque en trabajo legislativo no hace nada, de hecho ese perredista chuchista necesita guía espiritual desde que Jesús Ortega le hace a un lado y por su traición a Andrés Manuel quedó ya sin su sueño de ser candidato a gobernador del estado de México.

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